Ser un Dios todo el tiempo - La curiosa dificultad de Luigi's Mansion 3

 


    Existe un recurso habitual en los videojuegos el cual consiste en presentarte un personaje protagonista casi todopoderoso. Te introducen en un tutorial sencillo, donde tienes que aporrear ciertos botones para eliminar cientos de enemigos de diferentes formas, mientras admiras la enorme fuerza del ser que controlas. Creo que esta premisa os suena...



    Sobre mostrarse poderoso la saga God Of War sabe un rato y utilizan este recurso muy bien, te lanzan a luchar contra un titán o una enorme horda de enemigos para que demuestres tu valía y, sorprendentemente, acabas degollando cuellos y rompiendo espaldas de maneras que creías físicamente imposibles. También hacen lo mismo juegos como Darksiders I o, de manera menos espectacular, el primer Assasin's Creed. Sin embargo, todos sabemos lo que ocurre tras este primer acto triunfal y es nada más ni nada menos que una abrupta caída a los infiernos (metafórica y, en más de un caso, literalmente).

Se acabó lo bueno...

    Dicho recurso o herramienta finaliza con el despojo de toda habilidad o combo con el cual se nos dilataban las pupilas y se derramaba sangre por doquier, siendo reducidos a un simple tío con espadas grandes que sabe moverse bien. Los desarrolladores nos muestran un caramelito en forma de mecánicas que tras ese primer contacto no podremos volver a desencadenar hasta pasadas bastantes horas de juego. Es una manera de hacer las cosas y nos enseña hasta donde podremos llegar, convirtiéndose en otro motivante más e incluso pudiendo llegar a generar empatía y compromiso con ese pequeño cabroncete que se dedica a empalar demonio tras demonio porque oye, tiene una razón joder y yo también, quiero ayudarlo y que reduzcamos cabezas juntos.



    Quizás Luigi tenga una manera un poco más "sutil" de enfrentar los peligros. No obstante, es un personaje que, dentro de su contexto, cuenta con las armas más destructivas y eficientes posibles. Lo que quiero decir es que Luigi's Mansion 3 forma parte de ese pequeño elenco de juegos en el cual tienes los mismos recursos (casi) al inicio de la partida que al final, no existen habilidades ni combos por desbloquear porque ya tienes todo lo que te hace falta para superar cualquier desafío. Esta decisión me parece curiosa porque no es lo habitual, normalmente comienzas siendo el campesino más pordiosero de todo el pueblo o un semidiós al cual le han arrebatado todo, y juegos como Luigi's Mansion optan por darte todos los recursos desde el inicio, centrándose en diseñar diferentes retos a resolver.

Luigi no es de los que te rompen el corazón (literalmente)...

    En juegos como Astral Chain o Vampyr tienes a tu disposición un gran número de habilidades y formas de atacar que puedes encadenar a tu gusto o de determinada manera para derrotar a los enemigos. El ritmo de juego en estos títulos es alto, en ellos utilizas tus herramientas como bien te guste o como bien sean más efectivas, seleccionando unas y descartando otras. Por otro lado, en Luigi's Mansion la acción transcurre mucho más lenta, y no hablo solo de la ambientación (la cual también te invita a admirar cada habitación), sino que me refiero a las mecánicas que debes utilizar para superar cada nivel o derrotar a cada enemigo se enfocan más como un puzzle y no tanto como una lucha, a pesar de estar nombrado como un juego de acción-aventura... 



Cada enemigo en Luigi's Mansion se mueve y te ataca de forma diferente, "como en cada juego" pensareis. Por supuesto, pero este título no se presenta como un combate de guerreros el cual puedes ganar aporreando cuadrado-triangulo, sino que es más como una especia de baile en el cual el fantasma se acerca, desparece, hace un amago de ataque y demás. Aquí te mueves a una velocidad bastante calmada e intentas descubrir dónde está el enemigo para poder iluminarlo y aspirarlo. Y no solo en este baile, sino en los puzles propiamente dichos en los cuales debes averiguar qué hacer para pasar a la siguiente sala. Estos detalles saltan a relucir porque mientras que en el resto de títulos el personaje jugable crecen juntos frente a los desafíos cada vez más difíciles, en Luigi's Mansion solo aumentan los desafíos, Luigi sigue aterrado y tú con él, pero ambos debéis sacar fuerzas de flaqueza para encontrar la forma de seguir avanzando.

Lo confieso, he sentido miedo con Luigi's Mansion...

 Es cierto que a veces se acaba por utilizar todas las funciones de la succionaentes, pero no deja de perder esa sensación de puzle de la que hablaba, debes entender las habilidades que te dan y hacerte uno con ellas para poder resolver los diferentes desafíos que encuentras en el hotel, lo cual convirtió a Luigi's Mansion en un juego muy confortable (comfi) para mí, relajante e incluso emocionante en más de una ocasión.

    En definitiva, la última aventura de Luigi ofrece un acercamiento poco común en los videojuegos, ya que cuenta con una escasa (por no decir nula) progresión para el jugador. La dificultad del título radica en el entendimiento de las mecánicas y el mundo que rodea al propio usuario, desviando el esfuerzo de los desarrolladores hacia el diseño de niveles y retos, proporcionando una experiencia cómoda, amena y entretenida. 



    

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